(Un enfoque para una programa de Mentoring)

Al comienzo de la primera sesión con Eugenio y tratando de entender sus expectativas sobre el proceso de Mentoring-Coaching que iniciábamos, reconocía que él se definía como un «sirviente de lujo». Eugenio es un alto directivo de una empresa multinacional con un excelente curriculum, amplias responsabilidades, salario en los percetiles más altos, y todo lo que podríamos definir como una carrera de éxito.
Sin embargo Eugenio, hablando coloquialmente, no se sentía feliz. Cada día, para ir a su trabajo, no contaba con la motivación suficiente y tenía que echar mano de su sentido de responsabilidad y de una voz interior que le decía «Eugenio, aunque no te gusta, tienes que ir».
Mercedes, Directora de Recursos Humanos de una importante empresa farmacéutica con responsabilidad sobre Latinoamérica, cada mañana se levantaba con fuerza para ir a su trabajo, reconoce que disfruta de él y más bien se definía como «adicta al trabajo».
Su «pero» estaba en la falta de «paz interior» en la sensación de vida unidimensional, solo dedicada al trabajo, que en los pocos momentos de inactividad, la hacía sentirse «vacía».
Con José parecía que su vida profesional estaba estancada porque a pesar de sus grandes y reconocidas ideas y capacidades, su nivel de ejecución era poco consistente y así se lo habían hecho saber en su última evaluación. El impacto en su carrera era importante ya que había perdido la oportunidad de asumir nuevas responsabilidades, lo cual le había sumido en un estado de frustración.
Tantas y tantas historias y situaciones, convierten al Mentor-Coach, primero en un observador privilegiado, para luego convertirse en un Sherpa que acompaña a cada persona en su Everest particular.
Fruto de todo ello, quiero compartirles algunas claves o, prefiero denominarlos puntos cardinales, ya que son los que forman parte de la brújula del líder para desenvolverse en un entorno de incertidumbre y volatilidad. Esta brújula con sus puntos cardinales se ha convertido en una metodología no solo para identificar el camino de cada mentorado, sino también para desarrollar todas las competencias necesarias para ir escalando las cumbres de liderazgo que cada uno se propone.

El «propósito» como atracción
Para seguir utilizando la metáfora de la brújula, sabemos que ésta siempre nos va a señalar el Norte, por esa fuerza magnética que nos permite en todos los casos tener la referencia de donde estamos situados. En nuestro modelo, ésta fuerza magnética que debe atraer y señalar el camino en todos los casos es EL PROPÓSITO. Sin propósito como fuerza magnética de nuestra vida, podemos caminar en redondo, trabajar denodadamente, conseguir objetivos, poner en marcha planes de acción…y volvernos a encontrar en el punto de partida o francamente desviados de donde queremos ir.
Así pues, la definición y toma de conciencia del Propósito, se convierte en el primer paso necesario para estructuras nuestro modelo y que tengan sentido los 4 puntos cardinales: Sin polo de atracción la brújula no sirve para nada.
«SIN PROPÓSITO NUESTRA VIDA PERSONAL Y PROFESIONAL SE CONVIERTE EN UN PEREGRINAJE SIN DESTINO, QUE GENERA INSATISFACCION, CANSANCIO Y DESMOTIVACIÓN»
Por eso, antes de comenzar a utilizar la brújula, debemos definir nuestro propósito, entendido éste como la razón profunda que nos impulsa, que da sentido a nuestra vida personal y profesional, que nos vuelve coherentes en todas nuestras acciones.
Para definir éste propósito básicamente es responderte a la pregunta, como dice Simon Sinek: Descubre tu Por qué». O trabajar con herramientas como el Ikigay para identificar tu pasión, tu misión, tu talento, el valor de tu profesión. Personalmente, en mis programas de Mentoring-Coaching ayudar a responder a esta cuestión, es fundamental para poder seguir construyendo-
La realidad es que gran parte de las personas no tienen claro su propósito, mas bien viven diciendo interiormente «según va viniendo, vamos viendo».
El propósito puede evolucionar a lo largo de la vida, aunque, en realidad suele existir una coherencia a lo largo de la vida de las personas, salvo eventos o circunstancias muy marcadas.
Te invito en este punto a definir tu propósito.
El propio Sinek, en su libro , «Encuentra tu Por qué» nos comparte su propósito: «Inspirar a la Gente a hacer las cosas que la motiven, de forma que juntos podamos cambiar el Mundo»
Personalmente, para esta etapa de m i vida lo he definid así: «Acompañar a las personas en la búsqueda de su coherencia interna, compartiendo mi experiencia y nutriéndola de un aprendizaje continuo para logra también mi coherencia»
Como Mentor: «Ayudar a las personas en el proceso de identificar su «propósito» y acompañarles en la definición del cómo y en el logro de lo que cada uno quiere conseguir»
Quiero (verbo de contribución en infinitivo) de forma que (impacto que quieres conseguir)
La realidad es que ponerse a desarrollar competencias, acelerar el proceso de madurez de un directivo, cambiar creencias, gestionar emociones…sin una referencia del propósito que persigue cada persona, limita los resultados y, desde luego los hace mucho menos consistentes.
Los cuatro puntos cardinales
Una vez definido el propósito, ya tiene sentido trabajar en los puntos cardinales.
¿Cómo convertimos el propósito en motor de acción y atracción?:
N.- Definiendo objetivos: establecer las metas de corto, medio y largo plazo junto a sus planes de acción es la manera de comenzar a operativizar nuestro propósito a lo largo de las diferentes etapas de nuestra vida.
S.- Automotivación: esos objetivos que constituyen gran parte de nuestra base de trabajo tiene que hacer «click» con nuestros motivadores internos, con el mundo emocional que nos impulsa hacia el objetivo
E.- Equilibrio: paz interior, homeostasis, que nos avisa de si nuestra vida realmente es coherente y tiene momentos de felicidad o es simplemente una huida hacia adelante
O.- Compromiso: que implica disciplina, modelo de actuación. Difícilmente podemos llegar a la cima si no nos preparamos, si no tenemos un plan de acción y la voluntad de cumplirlo

Con este enfoque, Eugenio, Mercedes, José…y tantos otros mentorados lograron encontrar su propósito, que les permitió adecuar sus objetivos y garantizar la automotivación para conseguirlos. Todo ello cuidando el equilibrio emocional, ya que la «homeostasis» es condición necesaria para avanzar de manera equilibrada en este contexto de incertidumbre.
Pero no podemos olvidar el compromiso, la disciplina que logrará convertir en hábito muchas de las conductas que surgirán de los nuevos pensamientos y creencias asociados con el propósito.
Te invito a que sigamos hablando de esto. ¿Cómo ves el modelo?. ¿Qué te sugiere?
Te doy mis coordenadas:
José Luis Altolaguirre González
jlaltola@topmanagementca.com
Whaatssap: +50688884648